EL EQUINOCCIO DE PRIMAVERA

El equinoccio se produce cuando él en su movimiento aparente alrededor de la Tierra, el Sol cruza el plano ecuatorial de esta. Produciendo una perpendicularidad total en el ecuador de los rayos solares que origine que allí el día tenga la misma duración que la noche. Ocurre dos veces en Marzo y septiembre. Ahora el Sol va ascendiendo en su órbita inclinada y por tanto propicia mayor altitud en el horizonte y más tiempo de permanencia; marcará por tanto el inicio de la Primavera. En septiembre marcará en su descenso el inicio del Otoño.

En el ecuador el Sol sale en el equinoccio exactamente por el Este y se pone en el Oeste. Mientras que en los polos el Sol no se levanta ni se pone, únicamente describe un circulo rasante; en el Polo Norte, sólo se verá medio Sol pero no hay salida o puesta en este día.

Precesión de los equinoccios

El giro de la Tierra alrededor de su eje produce como en una peonza un movimiento de cabeceo que provoca un desplazamiento circular de extremo. Hoy el eje señala la estrella Polar que es parte de la constelación Osa Menor. Dentro de 8000 años apuntará a Deneb en la constelación del cisne y en 26 000 años volverá a la estrella Polar.

De un año a otro se produce un retraso del equinoccio de primavera en 11 minutos 14 segundos.

Si cada año desde un mismo punto viéramos amanecer el Sol, y lo marcáramos en el horizonte, unificaríamos que año tras año se produce este desplazamiento.

El primer efecto del eje inclinado de la Tierra, corresponde a las estaciones y es la Primavera la que inicia el ciclo con los procesos de nacimiento, crecimiento y renovación. La naturaleza se despereza del letargo invernal; las semillas rompen su envoltura, las yemas se hinchan, las plantas muestran sus frutes.

La naturaleza se lleva de vida vegetal y animal y estalla su belleza verde.