La poda de la vid
contribuye a formar la cepa y a regularizar la producción. El podador
puede dar y quitar fruto y mejorar o disminuir la calidad de este, ya
que mal realizada puede hacer envejecer las cepas prematuramente. Los
buenos podadores unen su práctica y experiencia en el manejo de la
tijera, con el criterio suficiente sobre el vigor o la fisiología que
harán particularizar en cada cepa la práctica.
La poda es el fin del ciclo anterior,
de desarrollo vegetativo y producción de racimos; sin esta
intervención, el crecimiento sería desordenado con deficientes racimos y
llevaría a la planta a una muerte prematura.
La
realizamos a partir de la caída de la hoja, ya que mientras que esta es
verde y activa tras la cosecha, continúa el acopio de recursos para el
ciclo siguiente. Nunca podamos antes de que lleguen los fríos y ahora
que están instalados el trabajo es continuado. Sin embargo nos
abstenemos de cortar los sarmientos cuando todavía se manifiesta el
efecto de la helada nocturna o de madrugada, ya que los hace quebradizos
y provoca cortes limpios.
Los mejores días de poda se producen cuando la Luna está en fase descendente, ya que el ascenso de la savia es reducido y las fuerzas vitales se orientan hacia el suelo. El corte va a afectar muy poco a la vitalidad y las heridas cicatrizarán más rápido, impidiendo la penetración de patógenos. Desde el día 3 al 18 de enero, la Luna estuvo en este periodo favorable. Además coincidió que desde el día 5 en que la Luna fue llena estamos en menguante, con lo que prácticamente tenemos coincidencia de descendente y menguante reforzándose este carácter benéfico.
Solo
nos queda tener en cuenta el tipo de constelación ante la que se
encuentra la Luna estos días, para ordenar la acción de poda en Fuego,
Tierra, Aire…
Las fotos que acompañan fueron realizadas el jueves día 8 con la Luna ante la constelación de Leo, en un precioso día de Fuego en el que el sol brillaba y la viña que llamamos "Tinto Viejo del Conuco"
lucía espléndida. La uva que produce esta viña que cultivamos en Fuego; será después la que sirva para hacer uno de los vinos más representativos Dionisos: Pagos del Conuco.
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