miércoles, 25 de marzo de 2015

EL CONUCO SE LLENA DE ESPALDERAS

Desde primeros de año, continuamos con la transformación del viñedo en bajo a espaldera. Ahora es el turno de nuestro viejo y agradecido Airén.


Las razones que nos impulsan a este cambio son básicamente adecuar los trabajos necesarios en las distintas labores con la forma actual de trabajo.

Nuestra forma de vendimia manual se nutre cada vez más de personas voluntarias, de alumnos en prácticas y de vendimiadores ocasionales; para todos ellos es muy difícil realizar una vendimia en cepas tan bajas que exigen posiciones muy forzadas de espalda, que algunas veces son causantes de lesiones.

Otro tanto ocurre con las labores de poda y todos los trabajos de laboreo, que la forma de plantación a marco real, hace necesaria maquinaria específica elevada más pesada, y elevado número de labores para mantener el suelo limpio y sin humedades.

Llevamos un año probando un laboreo diferente con maquinaria más ligera y hemos reducido el número de labores; seguiremos verificando los resultados que por ahora desde el punto de vista de gasto energético a la hectárea son más favorables en todos los sentidos y además nos alegra la vegetación de cubierta.

La recolección a mano en cajas o granel es muchísimo más cómoda y nos permite avanzar a las primeras horas del día, para llegar con las uvas frescas a la bodega a las 12 h.

Las viñas, que son plantas trepadoras y que la forma de poda tradicional en vaso o cabeza con brazos cortos recortaba, dispone ahora de un tronco a desarrollar y de una renovación anual cuyos resultados también evaluamos.

De forma clara nuestro paisaje vitícola está cambiando y de las clásicas y tradicionales viñas en formas libres y bajas de suelos desnudos. Estamos pasando a plantaciones elevadas y un mayor grado de cubierta. En cualquier caso este cambio no se ve repercutido en intensificación de cultivo o productividad, ya que mantenemos niveles de producción similares.

Utilizamos los periodos de Luna descendente para recortar las cepas y dejar uno o dos sarmientos que serán los futuros troncos de la nueva viña elevada.

Nuestra finca El Corcobillo de Tempranillo cultivado en influencia Tierra, continuará invariable con sus viejas y retorcidas cepas en bajo. Demasiado vieja para cambiarlos y un tributo a las generaciones esforzadas que la plantaron.


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