En un precioso marco: la almazara Núñez de Prado, en un
ambiente de feliz camaradería, y con la magnífica y emotiva gestión de
Francisco Casero, alma mater de Ecovalia; transcurrió un bonito día que sirvió
de reencuentro con compañeros del sector y motivo de nuevas amistades. Gracias
Francisco Robles por tu gran amistad.
Antes, ahora y espero que siempre, lo que comenzamos
llamando Agricultura Biológica, término que particularmente me gusta, y que
ahora se conoce como Agricultura Ecológica, vertebra un movimiento que por su
permanente vanguardia y renovación lleva implícito el término “alternativa”.
Fuimos una alternativa en la forma de producción agrícola y ganadera al
principio muy denostada. Nos convertimos en una alternativa comercial con
evidente potencial económico que atrajo muchos actores, y hoy somos una alternativa
para el consumo al que transmitimos la responsabilidad y cuidado con las cosas
bien hechas y la ética en la transmisión de esos valores.
Reivindico formas de sentir cuidadosas para el medio y para
las personas, que se convierten en formas de hacer y finalmente maneras de
vivir. Nunca hemos sido una recopilación de normas y preceptos.
Nunca hemos esperado que otro nos dijera: “estás en agricultura biológica”.
Hemos sentido que formábamos parte de este movimiento transformador y que
contribuíamos a su desarrollo.
Hoy sin duda la auténtica alternativa verde está unida más
que nunca a un movimiento ético de valores, que será su única manera de
preservar su vigencia y vanguardia.
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