El viñedo nos recibió con un espléndido día de otoño limpio y brillante.
Tras una explicación sobre los principios de la Agricultura Biológica y especialmente su fertilización natural, clave para el eficaz vigor de la viña y su metabolismo sosegado, que es capaz de generar aromas y sabores en el fruto, verificamos el estado de madure y catamos las uvas henchidas de prometedores aromas.
El grupo de “vendimiadores” procedíamos de Madrid, Cantabria, Galicia y Levante; los murcianos fueron los que motivaron la competición; hubo “premios” para los que llevaron primero la caja, para los que llegaron antes al final de los linios, para los que dejaron menos uvas, para el racimo más bonito… bueno, premios para todos.
Una merecida pausa para cobrar fuerzas nos permitió hablar de la vinculación entre los ciclos y ritmos cósmicos en el cultivo de la viña.
Vendimiamos Cabernet Sauvignon en cajas y rápidamente entre risas y fotos llenamos las cajas.
Nos ganamos la comida: asadillo y caldereta de cordero manchego acompañado de patatas a lo pobre.
Marchamos con los preciados racimos a la bodega e hicimos grupos de tres o cuatro personas para pisar la uva.
Comentamos que cuánto les gustaría los niños hacerlo, para coincidir todos en que nos sentimos un poco niños pisando y llevando el ritmo de las palmas o de la música. ¡Qué sensación la de mezclar la levadura de la piel de la uva con el mosto que sale de los granos al ser aplastados!
La prensa nos ayudó a separar el caldo que como una fuente nos mostró su color brillante y nos inundó de aromas, pudiendo degustar la intensidad del mosto obtenido de la uva madura recién pisada, preparándola para transformarse en vino.
Recorrimos la bodega tradicional, donde pudimos ver las diferentes partes del proceso que viene después del pisado: fermentación y maduración en tinajas. En la cueva excavada en la roca, aprendimos un poco más de cerca el por qué de los aromas y sabores que podemos apreciar en los vinos que han pasado unos meses en las barricas allí situadas.
A través del Calendario Cósmico, entendimos como se aprovechan las mejores influencias de los ciclos cósmicos en el proceso de elaboración artesanal de los vinos ecológicos “Al Compás de la Luna”. Una cata de vinos hizo fijar en nuestros sentidos las más especiales sensaciones de todos estos procesos naturales.
Esta estupenda jornada nos permitió profundizar en la esencia de la elaboración del vino y disfrutar al menos de sus inicios. Aunque ahora nos llevamos el mosto que intentaremos fermentar en casa, prometemos volver a degustar el vino que de alguna manera hemos ayudado a hacer nosotros.
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